El comino es de la misma familia que el anís y la alcaravea , pero de aroma más intenso. Esta semilla es un gran tónico estomacal, mejorando las digestiones lentas y ayudando a eliminar gases. Se suele utilizar como condimento de las legumbres, no solo por el sabor que aportan a las mismas, sino porque les ayuda a combatir la flatulencia que estos platos provocan.
Tomar una infusión de comino en polvo, menta y pasiflora estimula los jugos digestivos, acelera la digestión y alivia los retortijones.
Espolvoreado sobre el zumo de tomate, el comino estimula el apetito de las personas desganadas. En algunos países, es tradición masticar semillas de comino para mantener una buena higiene bucal. Por sus propiedades antibacterianas, ayuda a prevenir el mal aliento, la caries y la gingivitis.
Muy típico ya que su intenso aroma ayudaba antiguamente a contrarrestar el fuerte olor de patas y entrañas. También se utiliza en el mojo canario o en el típico gazpacho andaluz. También es uno de los ingredientes presentes de manera casi obligada en curries y masalas.